por Julio Chazarreta, director del Departamento Hispano de la Unión Del Sur
Cada nuevo año trae consigo nuevas metas y desafíos. Nos gusta mucho todo lo nuevo: empezar un nuevo año, y dejar atrás las cosas que no nos salieron tan bien. Si hay algo que quisiéramos más es dejar atrás toda esta nefasta pandemia que nos ha robado familiares, amigos, conocidos, recursos y hasta la paz, porque hemos vivido pendientes de no contagiarnos, por temor a sus resultados.
Con relación a lo nuevo, nos gusta lo flamante y fresco: casas, autos, ropa, artefactos, etc. Es que “lo nuevo” tiene algo que nos da seguridad y nos conforta. Suele ser fácil conseguir cosas nuevas aun teniendo dinero o no, pues en este país de crédito, se hace todo más factible. Podemos estrenar una casa, un auto último modelo, ropa de la marca que más nos gusta, pero con frecuencia, no podemos conseguir que las realidades de nuestro entorno sean renovadas. Poseemos la casa nueva, pero el mismo problema matrimonial; amistades nuevas y la misma soledad interior; ropa nueva, pero llevamos la desnudez del alma, la que nos hace sentir vacíos e infelices a pesar de tenerlo todo. Tenemos muchas cosas nuevas, pero no la vida nueva que necesitamos.
Bueno… Tengo buenas noticias para ti, mi amigo y amiga, Conozco a alguien que tiene la capacidad de hacer todo nuevo: ¡Jesús! El mismo que cambió vidas imposibles en el pasado, hoy sigue teniendo el mismo poder renovando las vidas de muchos. Solo necesitas conocerlo y comenzar a caminar con él, para encontrar todo lo maravilloso que tiene para darte. Te invito a que le conozcas.
En este estudio, encontrarás el relato de una persona que conoció tan de cerca a Jesús que su vida cambió, de un explosivo y agresivo carácter que tenía, a un amoroso ser humano. Jesús lo transformó, de ‘hijo del trueno’ (como se menciona en Marcos 3:17), al discípulo del amor, (San Juan 21:20), el cual recostaba su cabeza en el hombro de Cristo. Estudiando este relato conocerás a tu Salvador y si aplicas lo que vas aprendiendo, gozarás de la experiencia transformadora de Cristo. Con Él a tu lado, verás que es posible experimentar en tu vida ¡Todo Nuevo!
PREFACIO
CUMPLIENDO LA PROFECÍA
por Joel Barrios, pastor de la iglesia de Forest City, en Orlando, Florida
¿Has escuchado acerca de las profecías condicionales que están en la Biblia? ¿A qué nos referimos cuando decimos “condicionales”? ¿Acaso no se cumplen todas las profecías? Aparentemente no. Las profecías en general están condicionadas a la respuesta del hombre. Podemos ver muchos ejemplos de esto en la Biblia.
En el caso de Jonás, Dios, a través del profeta, comunicó en una profecía lo que sucedería a los ninivitas si no lo buscaban en arrepentimiento. Ellos respondieron favorablemente y se arrepintieron. Por lo tanto, lo que el Señor dijo que sucedería no sucedió. Cuando liberó a Israel de Egipto les dio una profecía: “Yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes. . . . Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ. (Éxodo 6: 6, 8). Esta profecía se cumplió parcialmente en la generación a la cual le fue declarada, ya que Dios les dio la tierra. No obstante, no se cumplió totalmente debido a que esa generación no quiso cumplir la última parte de dicha profecía, al no permitir que Dios los introdujera en la tierra de Canaán.
Jeremías 18:7-10 dice: “En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.”
Todos estos pasajes nos muestran claramente el carácter condicional de la profecía, y de ellos podemos extraer los siguientes principios:
Dios no quiere la destrucción de los pueblos y para salvarlos les profetiza lo que sucederá si ellos permanecen en el camino de la impenitencia.
Por medio de las profecias Dios presenta su plan a su pueblo. Si este desea avanzar en la voluntad divina. Por el contrario, si el pueblo se resiste a su voluntad, la profecía no alcanzará su cumplimiento.
En el Apocalipsis Dios presenta otra profecía para el pueblo de los últimos tiempos. Lo hace mostrando el plan que tiene para ellos. Nota como comienza el libro: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. . . Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan (énfasis mío) las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca” (Apoc. 1:1-3). Dios expresa su deseo de que las cosas allí presentadas “deberían” ocurrir pronto. Sin embargo, eso no quiere decir que sucederán así necesariamente. ¿Por qué? Porque el cumplimiento de esta profecía dependerá de si el pueblo está dispuesto a cumplirla. El apóstol Pedro dice “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (1 Pedro 3:9) Quiere decir que Dios va a cumplir esa promesa cuando su pueblo se arrepienta. Jesús profetizó que el fin vendría cuando el evangelio fuese predicado por testimonio. Esto no sucederá hasta que el pueblo se vuelva a Dios y se arrepienta.
¿No crees que ya es tiempo de cumplir la profecía y dejar de esperar que se cumpla?
ESTUDIOS BÍBLICOS
Abdiel Del Toro
Vicepresidente General Ministerios en Español Florida Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 1:1-5; 12, 14
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Introducción
El ser humano no es producto de una casualidad. La Biblia describe que el hombre fue creado con propósito por el Dios que siempre ha existido y existirá eternamente. El relato bíblico menciona que fuimos creados para vivir en relación con Dios, nuestro amoroso Creador Eterno. Pero las Escrituras también destacan que la entrada del pecado dañó esa relación entre Dios y el hombre. Sin embargo, el Creador ideó un plan para rescatarnos de las consecuencias nefastas del pecado. Ese plan tenía un costo incalculable y aun así, Dios decidió pagarlo en nuestro favor.
Preguntas para responder
Nota: El Creador de todas las cosas, el Dios Eterno, en vez de destruir al pecador decide rescatarlo. Ese Creador Eterno es Jesús, quien vino a nuestro mundo y tomó forma de criatura para pagar el precio incalculable de su vida por la nuestra. Él se hizo carne para que nosotros algún día, podamos revestirnos de eternidad una vez más.
El capítulo 1 del libro de San Juan resume todos estos conceptos. Allí se presenta a Jesús como el Creador Eterno, el Hijo de Dios, quien decide rescatarnos de las consecuencias eternas del pecado para que volvamos a relacionarnos con Él libremente y sin temor.
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Qué viene a tu mente cuando escuchas que fuimos creados por Dios con propósito?
2. ¿Qué se siente saber que Dios nos creó para relacionarnos con Él?
3. ¿Qué cosas podríamos hacer para escondernos de Dios?
4. ¿Qué piensas acerca de ese Jesús, quien siendo el Eterno Creador tomó forma de criatura para salvarnos?
5. ¿Alguna vez alguien te dio una segunda oportunidad? ¿Cómo te sentiste?
Nota: Jesús no solo es nuestro Creador, sino también nuestro Salvador. Él está trabajando en favor nuestro desde el principio, no solo para darnos lo mejor, sino para ofrecernos su salvación. No importa cuánto te haya dañado el pecado, ni cuán lejos estés de Dios; con su poder creador y restaurador Él puede hacer nuevas todas las cosas en tu vida.
Invitación
En la segunda carta a los corintios, capítulo 5 y verso 17, el apóstol San Pablo declara: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva creación es: las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
Estar en Cristo significa aceptarlo como Creador y Salvador. Al hacerlo, pasamos a ser parte de una nueva creación, donde Jesús es el Principal. ¿Quieres aceptarle y ser parte de la nueva creación? Dios puede y anhela hacer en ti
¡TODO NUEVO!
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Acepto
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No por ahora
Ricardo Palacios
Director Ministerios Hispanos Carolina Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 2:1-11 (RVA)
1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. 2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. 6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Introducción
Sin duda alguna, uno de los momentos más felices en la vida del ser humano es cuando puede responder SÍ a la persona que ama, prometiéndole fidelidad en las buenas y las malas, en salud y enfermedad y permanecer con ella hasta que la muerte los separe. Sin embargo, la familia en general y particularmente los matrimonios hoy, están sufriendo al punto que, algunos dudan si vale la pena seguir luchando.
Vivimos en un mundo lleno de gente, pero la realidad es que la mayoría de ellos son seres que se sienten solitarios. ¿Podrá Jesús hacer un milagro en nuestros hogares? Analicemos juntos lo que nos enseña esta historia acerca de Jesús y cómo su presencia en los matrimonios puede transformar ‘desafíos’ en oportunidades.Preguntas para responder
Relato
El evangelio de San Juan registra una ocasión en la cual Jesús transformó una situación, de posible humillación y dolor para una joven pareja y su familia, en una experiencia que dio honra y gran gozo a toda una comunidad. Ese es Jesús, cuya presencia siempre trae gozo y vida abundante.
Celebraciones de bodas como la de este capítulo podían durar varios días, y las visitas que llegaban disfrutaban la rica comida y bebida durante la estadía.
La práctica de la purificación se menciona en Mateo 15: 2. Según la ley de Moisés, era necesario purificar todo tipo de cosas: ollas, sartenes, ropa, el interior de las casas e incluso, las personas. Todos necesitaban ser purificados si entraban en contacto con algo inmundo, (Levíticos 11-15).
Números 32:23 también nos muestra que había dos formas de purificar: a través del fuego o el agua. Todo lo que pudiera pasar a través del fuego debía ser purificado por fuego y lo que no resistiera, debía ser purificado por agua. Las tinajas contenían agua para purificar. Probablemente se usaron para que los invitados a la boda se purificaran antes de tomar la comida. Incluso tenían un dicho, “el que usa mucha agua para lavar, ganará mucha riqueza en el mundo”.
¡Las tinajas tenían un total de 120 a 180 galones de agua! ¡Eso era mucho! Probablemente apunta al hecho de que había muchos invitados en la boda. Pero, Jesús no hace las cosas a medias. Las tinajas se llenaron hasta el tope, porque Dios derrama sus bendiciones de manera abundante. (Vea Efesios 1: 6-8)
No tengas miedo de pedirle grandes cosas a Dios, incluso, milagros. No tengas expectativas bajas, pues Dios anhela impartir sus bendiciones hasta que sobreabunden.
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Cómo puedes invitar a Jesús a ser parte de tu familia?
2. ¿Qué tipo de abundancia o escasez estás experimentando en tu familia?
3. ¿En qué áreas de tu vida se hace fácil hacer lo que Jesús te pide y en cuáles se te hace difícil?
4. ¿Qué milagro necesitas en tu hogar?
Invitación
¿Quisieras junto a tu familia, hacer un nuevo compromiso con Jesús y prepararte para su encuentro? ¿Quieres pedirle que te ayude a enfrentar los desafíos con valentía y fe? Confía que Jesús está haciendo ¡TODO NUEVO!
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Acepto
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No por ahora
Gerson Sánchez
Coordinador Ministerios Hispanos Gulf States Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 3:1-15 (RV, 1960)
“1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio. 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Introducción
Hay conversaciones en la vida que son difíciles de olvidar. Recuerdo aquella plática con la persona que me animó a tomar la decisión de estudiar en el seminario teológico. Jamás la olvidaré, pues lo que soy hoy, se lo debo primero a Dios y el haber tomado aquella importante decisión.
Sin duda alguna, la entrevista entre un principal de la sinagoga y Jesús, se convirtió en uno de los encuentros más significativos registrados en la Biblia y que seguramente Nicodemo, como se llamaba el noble, jamás olvidaría. Fue una charla de vida o muerte y también de salvación, porque todo aquel que tiene un encuentro personal con Cristo, nunca más será igual.Preguntas para responder
Relato
La historia registrada en el capítulo 3 del libro de San Juan, nos habla sobre un hombre que, a pesar de tener una vida religiosa prominente, tenía un vacío existencial y por ende, necesitaba hablar a solas con Jesús. El Salvador le hizo ver cuál era su verdadera necesidad. Es que es posible ser un buen religioso y encontrarnos lejos de Cristo.
En aquella misteriosa entrevista, Jesús le explicó a Nicodemo las dos experiencias necesarias en el nuevo nacimiento: la primera es nacer del agua. El bautismo es el medio por el cual yo reconozco la soberanía de Dios y al nacer de nuevo, le acepto como mi Salvador. La segunda parte es el nacer del Espíritu. Es el Espíritu Santo quien vivifica y nos devuelve la razón de vivir. Aquello que una vez era tosco e insensible se vuelve amable. Ahora hay vida, luz y seguridad.
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Has advertido alguna vez que tu vida no tiene propósito?
2. ¿Te encuentras lejos de Jesús y sin esperanza?
3. ¿Quisieras experimentar la seguridad que ofrece la salvación?
4. ¿Quieres venir a Jesús?
Nota del autor
Toda persona que alguna vez tuvo un encuentro personal con Jesús, nunca más fue la misma: el paralitico de Bethesda, la mujer junto al pozo, Zaqueo, el Ciego de nacimiento, la mujer con flujo de sangre, entre otros. Todos dieron testimonio, que no importa la situación del ser humano, todavía hay esperanza. ¡Jesús es la esperanza! Gracias a Él podemos vivir un nuevo tiempo.
Invitación
¿Quisieras aceptar la invitación para nacer de nuevo? Declara conmigo: Jesús, ¡creo y quiero un NUEVO NACIMIENTO! ¡Quiero encontrarme contigo hoy para que transformes mi vida y mores en mí! ¡Haz que vuelva a renacer, porque solo Tú puedes hacer TODO NUEVO!
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Acepto
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No por ahora
Efraín Poloche
Director Ministerios Hispanos South Atlantic Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 4:39-42
“39 Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 40Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. 41Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo…”
Introducción
Creer que podemos o no ser salvos es la preocupación de hombres y mujeres en todos los rincones de la tierra. Pero para ser salvos, necesitamos conocer al único que puede salvarnos, pues no hay lugar, fórmula, credo ni iglesia alguna que provea salvación. Así como el que tiene una enfermedad terminal necesita encontrarse con el médico que se especializa en la cura de esta, de la misma manera el que quiere salvación, transformación y una vida diferente, debe entrevistarse con Jesús quien vino a buscar y a salvar a los que lo deseen.
Entonces, ¿cómo podemos recibir ayuda inmediata? ¿Qué dice la biblia al respecto?
Preguntas para responder
Relato
El evangelio de San Juan registra el encuentro de Jesús con una mujer que buscaba estabilidad social y familiar, ya que, no tenía éxito en el matrimonio. Era una mujer desconfiada, confundida, insegura, rechazada y solitaria. Nadie quería ser su amigo y ella no deseaba tener amistad con gente alguna. Todo le salía mal. Parecía que su futuro jamás mejoraría y que sus problemas espirituales nunca se resolverían. Pero Jesús siempre está pendiente de todo y de todos. Aún más, nos quiere salvar, transformar, revivir. Él nos busca, aunque nadie se interese por nosotros. Su especialidad es acudir en auxilio de aquellos que han decidido encerrarse en sí mismos y desconectarse de lo que pasa a su alrededor.
Jesús fue al encuentro de la samaritana a la hora en que ella no quería ver a nadie, para pedirle ayuda, demostrando así que, tendiendo la mano a otros es como todo debe comenzar. Y aunque ella quiso negarse, exponiendo la división de raza y los prejuicios que estaban en pugna en aquella región, el Salvador le aseguró que hay cosas más importantes contrarias a las que los humanos ofrecen.
Al oír sus palabras, la insatisfecha mujer pidió de esa agua que quita la sed y da vida eterna. Lo que siguió después cambió su vida entera al descubrir que, con Jesús, los errores del pasado son perdonados y la salvación es hoy accesible a todo ser humano.
Sorprendida, la samaritana regresó a su aldea a contar lo sucedido y todos en Samaria creyeron en Él por la palabra de esta mujer. Ellos también descubrieron en Cristo al Salvador del mundo.
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Has sentido que nada te sale bien?
2. ¿Deseas encontrar estabilidad y paz en tu vida?
3. ¿Quieres tener la seguridad que aquello que estás haciendo es lo correcto?
4. ¿Quisieras mejorar, cambiar y por ende, asegurar tu salvación?
Notas del autor
Lo que hace que veamos difícil nuestra salvación es la desconfianza en Jesús. A veces creemos que podemos ser salvos sin ayuda de nadie o peor aún, decidimos abandonarnos a lo que nos ha tocado vivir. Pero lo único que necesitamos es aceptarlo, pues como Jesús no hay otro amigo. Aún más, Jesús es el único amigo que nos puede salvar, transformar y levantar.
Si tienes sed de Dios, dudas e incredulidad, dolor, desánimo, cadena de vicios; o has caído y sientes suciedad, maldad, impiedad y mala reputación, recuerda que para eso vino Jesús: “PARA SALVAR AL MUNDO”.
Invitación
¿Quisieras aceptar a Jesús como tu Salvador personal y pedirle que te dé hoy, un NUEVO CORAZÓN? Solo necesitas creer en ÉL.
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Acepto
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No por ahora
Miguel Tirado
Ministerial Dir/Latin American Georgia Cumberland
Pasaje a estudiar: San San Juan 5:1-18 (RV, 1960)
5 DESPUÉS de estas cosas, era un día de fiesta de los judíos, y subió Jesús á Jerusalén. 2 Y hay en Jerusalén á la puerta del ganado un estanque, que en hebraico es llamado Bethesda, el cual tiene cinco portales. 3 En éstos yacía multitud de enfermos, ciegos, cojos, secos, que estaban esperando el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía á cierto tiempo al estanque, y revolvía el agua; y el que primero descendía en el estanque después del movimiento del agua, era sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y estaba allí un hombre que había treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Como Jesús vió á éste echado, y entendió que ya había mucho tiempo, dícele: ¿Quieres ser sano? 7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo hombre que me meta en el estánque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido. 8 Dícele Jesús: Levántate, toma tu lecho, y anda. 9 Y luego aquel hombre fué sano, y tomó su lecho, é íbase. Y era sábado aquel día. 10 Entonces, los Judíos decían á aquel que había sido sanado: Sábado es: no te es lícito llevar tu lecho. 11 Respondióles: El que me sanó, él mismo me dijo: Toma tu lecho y anda. 12 Preguntáronle entonces: ¿Quién es el que te dijo: Toma tu lecho y anda? 13 Y el que había sido sanado, no sabía quién fuese; porque Jesús se había apartado de la gente que estaba en aquel lugar. 14 Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor. 15 El se fué, y dió aviso á los Judíos, que Jesús era el que le había sanado. 16 Y por esta causa los Judíos perseguían á Jesús, y procuraban matarle, porque hacía estas cosas en sábado. 17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora obra, y yo obro. 18 Entonces, por tanto, más procuraban los Judíos matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también á su Padre llamaba Dios, haciéndose igual á Dios.
Introducción
El capítulo 5 del evangelio de San Juan comienza con la historia de un paralítico. No se menciona su nombre, pero nos relata que llevaba 38 años en esa condición. De alguna manera me identifico un poco con este personaje, ya que mi padre sufrió un accidente que lo dejó postrado. No sentía sus piernas, ni siquiera el dolor. Había perdido toda movilidad y no tenía control al momento de hacer sus necesidades fisiológicas. Sus movimientos involuntarios y espasmos musculares le producían mucha incomodidad. Había que ayudarlo a bañarse, cambiarse de ropa, comer y moverlo de la silla a la cama. Tristemente, lo único que él podía hacer era hablarnos y pedir ayuda. Dependía de nosotros para todos sus menesteres.
De igual manera, este paralítico de Bethesda dependía de la ayuda y buena voluntad de sus familiares y amigos. No tenía ninguna esperanza de cambiar su condición. ¿Has estado alguna vez en medio de una situación difícil y prolongada, por la cual hayas perdido toda esperanza?
Te invito a que juntos repasemos la historia de este hombre y veamos cómo su vida cambió, gracias al encuentro especial con la ‘Persona’ que hizo de su vida ¡TODO NUEVO!Preguntas para responder
Relato
Jesús se acercó a Jerusalén en época de una fiesta y mientras meditaba llegó al estanque de Bethesda. Allí observó a una multitud de enfermos que se reunían alrededor de él para ser sanados. Jesús deseaba sanarlos a todos, pero era sábado. Si lo hacía, un posible escándalo obstaculizaría su ministerio. Así que, decidió sanar al más sufrido: un paralítico que llevaba 38 años en esa condición. Su caso era realmente desesperante.
Jesús se le acercó a este hombre y le hizo una simple pregunta: – “¿Quieres ser sano?” ¿Qué enfermo no desea ser sanado? La respuesta es obvia. Pero el paralítico pensaba que había una sola manera de sanar. Creía, al igual que los otros, que un poder sobrenatural agitaba las aguas de aquel estanque y que el primero que entrara, al menor movimiento, sanaría de cualquier enfermedad.
“Centenares de enfermos visitaban el lugar; pero era tan grande la muchedumbre cuando el agua se agitaba, que se precipitaban y pisoteaban a los más débiles. Muchos no podían ni acercarse al estanque. Otros, habiendo logrado alcanzarlo, morían en su orilla”. (El Deseado de Todas las Gentes, p. 171)
Desanimado, le dijo: “Señor, … no tengo hombre que me meta en el estanque cuando el agua fuere revuelta; porque entre tanto que yo vengo, otro antes de mí ha descendido”, (v.7). Pero Jesús tenía otro plan. Mirándolo a los ojos le dijo: “Levántate, toma tu lecho y anda”, (v.8).
A la orden de Cristo, todos sus músculos respondieron. De un salto se puso de pie y al instante encuentra que su vida cambió. Ahora es Todo Nuevo.
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Se compadece Jesús de nosotros aun antes de conocerlo?
2. ¿Desea Jesús nuestro bienestar aunque no tengamos fuerzas para seguirlo?
3. ¿Qué cosas son lícitas hacer en el día Sábado?
4. ¿Podemos recibir curación espiritual al igual que este paralítico?
Notas del autor
Este paralítico no conocía a Jesús y por su condición, no podía ir en busca del Maestro. Pero Jesús vino a su encuentro. Cuando Jesús le preguntó si deseaba ser sano, el hombre se concentró en responder lo que tantas veces había intentado sin éxito. Sin embargo, Jesús deseaba sanar, no sólo sus piernas tullidas y sin fuerza, sino también su quebrantado corazón. Por eso tomó la iniciativa.
Al realizar aquel inesperado milagro, los fariseos se enojaron porque era sábado y le acusaron de violar el mandamiento. En respuesta, Jesús mencionó que su Padre “trabaja”, (v. 17) refiriéndose al poder sustentador de Dios, que actúa en todo tiempo protegiendo la obra de su creación. ¿Acaso debe Dios decirle al Sol que deje de brillar en sábado?… ¿O a los arroyos de los bosques que dejen de fluir?… ¿Deberían el trigo y la cebada dejar de crecer en sábado?… Cada sábado vamos al templo y cargamos a Dios con nuestras peticiones de oración. ¿Acaso Él espera que se termine el sábado para contestarnos?… “La obra que hacía Cristo al sanar a los enfermos estaba en perfecta armonía con la ley. Honraba el sábado” (DTG, p. 178).
El pecado nos ha separado de Dios y hace que nuestra vida espiritual se paralice. Al ser esclavos del pecado, nos sentimos impotentes (paralizados) y dependemos de la misericordia y buena voluntad de Jesús para ayudarnos. En nuestra desesperación clamamos como el apóstol Pablo: “¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte?” (Romanos 7:24).
Invitación
Hoy, Jesús te dice: ¿Quieres ser sano? No esperes hasta sentir que lo estás. Cree en su Palabra y actúa de acuerdo con ella, entonces recibirás fuerza. Cualquiera que sea tu condición, Cristo anhela sanarte y darte un NUEVO SER. Acéptalo hoy y permite que su poder obre en tu corazón. ¡Verás que Dios hará en tu vida TODO NUEVO!
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Acepto
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No por ahora
Homero Salazar
Coordinador de Evangelismo Florida Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 8:1-11 (RV 1960)
1 Y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Introducción
En este estudio reflexionaremos acerca del pecado y de la manera como trata Dios al pecador. Podríamos decir que el pecado es el virus mortal con el cual la raza humana fue infectada, pero Dios, en su inmenso amor por nosotros, envió el antídoto que necesitábamos para salvarnos.
Preguntas para responder
Relato
La historia de la mujer adúltera es un vivo ejemplo del trato de Dios al pecador. En este relato, tanto la mujer como los fariseos que la acusaban estaban en pecado. Cuando vivimos separados de Dios, el orgullo, la autosuficiencia y la altivez de espíritu son el preámbulo de la más profunda caída. Pero Jesús ama al pecador y lo quiere salvar. Él mismo dijo: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10).
Con piedras en sus manos y llenos de soberbia y altivez, los fariseos entran en diálogo con Jesús. Según ellos, tienen la carnada perfecta para entrampar al Maestro. Pero ellos no saben que él es el Abogado de los pecadores arrepentidos. Y mientras la mujer, tirada en el suelo, tiembla de miedo pensando que le ha llegado su hora, los acusadores piden a Jesús que juzgue si deben o no apedrearla: el sutil engaño para condenarlo. Pero Jesús es Dios. Él conoce el pecado y las verdaderas intenciones del corazón humano.
El amor de Jesús por esa indefensa mujer era tan grande, que ante la pregunta de los fariseos, respondió como solo un Dios que nos conoce sabe hacerlo: “El que de vosotros esté sin pecado, lance la primera piedra”. Luego fijó su vista en los ojos de cada uno de ellos, como diciéndoles personalmente con la mirada, “te conozco muy bien.” Al instante, cada uno se fue yendo, mortificados por sus pecados y su conciencia.
Luego Jesús se acercó a la mujer, secó sus lágrimas, la cubrió con su manto y le dijo con ternura: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella contestó: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: NI YO TE CONDENO; VETE, Y NO PEQUES MÁS”. En otras palabras: ni yo, que soy Dios; ni yo, que soy tu Creador; ni yo, que soy tu Salvador te condeno. Pero por favor, ¡vete y NO TE SEPARES NUNCA MÁS DE MÍ!
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Qué piensas del trato que los fariseos dieron a la mujer? ¿Has acusado alguna vez a alguien sabiendo que eres pecador?
2. Si hubieses escuchado las palabras de Jesús: “El que no tenga pecado, tire la primera piedra”, ¿cómo hubieras reaccionado tú?
3. Y ahora, ponte en el lugar de la pecadora. Al ver a Jesús defendiéndote, secando tus lágrimas, cubriendo tu desnudez y diciéndote: “NI YO TE CONDENO; VETE Y NO PEQUES MÁS”, ¿cómo reaccionarías?
Invitación
Jesús dijo claramente: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Hoy te dice: “Ni yo te condeno. ¡Ve en paz y no te separes nunca más de mí!
¿Deseas recibir el mismo trato que Jesús dio a esta mujer, escuchar sus palabras de perdón y experimentar en tu vida un NUEVO COMIENZO?
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Acepto
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No por ahora
Roger Álvarez
Director Ministerios Hispanos Southeastern Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 11:1-44 (RV, 1960)
1Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana…3Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. 5Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba. 7Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. … 11Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. 12Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. 13Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. 14Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. …17Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. …21Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará. 23Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero. 25Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? … 32María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano. 33Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve…38Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? 41Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. 43Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Introducción
El tema de la muerte ha sido objeto de preocupación profunda en todas las épocas de la humanidad. Lo cierto es que, aunque no nos agrada pensar en eso, la muerte está presente todos los días en nuestro mundo y segundo a segundo avanza hacia nosotros desde que somos concebidos. Mueren alrededor de 55 millones de personas al año, lo que implica que fallecen 45,000 cada día.
La muerte es un asunto envuelto en misterio, temor, impotencia y mucho dolor. La realidad es que, 7 billones de seres humanos viven condenados a morir. ¿Surgirá algún día la solución para este terrible flagelo? Mi querido amigo y amiga, la respuesta es SÍ. La Biblia es el único libro que descorre el velo del misterio y trae esperanza segura a todo hombre y mujer que confía en Jesús. Por eso, estudiemos juntos el Capítulo 11 del libro de San Juan y vivamos en paz y sin temor a la muerte.
Preguntas para responder
Nota: Como vimos en el texto anterior, la muerte es segura y en algún momento llegará a todos sin importar creencias, raza, estatus económico o social. Sin embargo, Jesús es nuestra esperanza. Él destruyó el imperio del sepulcro y nos ofrece la salida del callejón de la muerte.
Relato
En este capítulo 11 de su evangelio, San Juan presenta el mayor de los milagros físicos que Jesús realizó: la resurrección de un hombre que llevaba cuatro días en el sepulcro. Este relato nos muestra el poder de Jesús, no solo para hacer milagros, sino para vencer al peor de nuestros enemigos, la muerte. Este enemigo vencido, no debería preocuparnos, ya que, en Jesús somos más que vencedores.
En otras palabras, si confiamos en Cristo y nos entregamos a Él aceptándolo como nuestro único Salvador personal, la muerte no tendrá potestad sobre nosotros; y en el día del regreso de Jesús, si hemos sido atrapados por ella momentáneamente, nos levantaremos de ese sueño para vivir eternamente con nuestro Señor. ¡Este es el poder del Evangelio!
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Alguna vez has tenido que comunicarle a alguien que su ser querido ha fallecido? ¿Cómo te sentiste?
2. ¿Por qué la mayoría hace planes para vivir y no para morir?
3. Si las personas buenas van al paraíso tan pronto mueren, ¿no crees injusto el hecho de que Jesús resucitara a Lázaro para traerlo de vuelta a este mundo a sufrir?
4. ¿Qué sensaciones experimentas al saber que Jesús ofrece devolverte la vida solo por creer en Él?
Nota del autor
Amigo y amiga, la muerte tendrá su estocada final. Cristo Jesús, el Vencedor de la muerte, está próximo a venir por segunda vez y cumplirá su promesa de resucitar a todos los que creyeron en él.
Invitación
Te invito a aceptar su oferta maravillosa de vida abundante, genuina, feliz y eterna que Jesucristo nos ofrece.
Jesús quiere darte ¡UN NUEVO DÍA PARA VIVIR!
Armando De León
Coordinador Hispano Kentucky-Tennessee Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 14:1-9
1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. 8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Introducción
Probablemente, el capítulo 14 del libro de San San Juan podría ser descrito como el CENTRO del cuarto libro de los evangelios, ya que contiene la dulce seguridad de que un día no muy lejano y con la asistencia del Espíritu Santo, reinaremos eternamente con el Rey de reyes y Señor de señores en un NUEVO MUNDO.
Preguntas para responder
Relato
El contexto de esta historia gira en torno de la última cena, antes de la crucifixión. Digamos que, estas fueron las últimas palabras de Jesús a sus más íntimos amigos antes de morir. Les declaró que se iría a casa de su Padre, pero nunca se olvidaría de ellos, de tal manera, que les prepararía moradas y vendría a buscarlos para llevarlos con Él. Además, les dijo: “os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis” ver. 3
Por carácter transitivo, la promesa de Jesús a sus discípulos se transfiere a todos sus seguidores a través de las edades y por consiguiente, llega directo a nosotros hoy. ¡Cristo volverá y nos llevará a vivir con Él a un NUEVO MUNDO!
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Te sientes preparado para el inminente regreso del Hijo de Dios?
2. Esta gran verdad, ¿te toma por sorpresa y genera temor en ti?
3. ¿Crees que conocer a Jesús es la clave para estar preparado?
4. ¿Cuál crees que debería ser la actitud de los que esperan su venida?
Notas del autor
Jesús nos pide solamente tres acciones:
a) NO TENGAN MIEDO
• ¿Qué es el miedo?
R: Es un sentimiento natural hacia lo desconocido. El miedo en sí, es el fruto del desconocimiento de Dios y de su amor. Por tal razón, la clave es conocerlo, pues “El perfecto amor, hecha fuera el temor” 1 San Juan 4:18
b) CREED EN MÍ
• ¿Qué es creer? Es la acción de la fe que cree sin ver, palpar o gustar.
c) GUARDAD MIS MANDAMIENTOS
• Su Palabra es muy directa al decirnos: “si me amáis, guardad mis mandamientos.” (San Juan 14: 15). Sin embargo, el resto del capítulo nos enseña cómo se logra esto. Es por el accionar del Espíritu Santo, el cual nos “convence de pecado, justicia y juicio”. El Espíritu Santo nos lleva a la verdad, nos da un nuevo corazón y nos hace andar en los mandamientos del Señor, (Ezequiel 36:26, 27). Obedecemos por amor, no para alcanzar salvación, sino porque ya la hemos aceptado.
Invitación
¿Deseas junto conmigo pedir la asistencia del Espíritu Santo hoy, para que nos ayude a obedecer las Sagradas Escrituras? ¿Aceptas su invitación de amor para vivir con Él en su NUEVO MUNDO?
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Acepto
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No por ahora
Dorián Melo
Director Asociado Ministerial South Central Conference
Pasaje a estudiar: San Juan 21:15-19
15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 19 Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
Introducción
En la Biblia encontramos que Dios es el Creador de millones de seres humanos y sin embargo, trabaja en cada vida de manera individual, como si fuésemos el único ser que existiera en el universo.
En el relato bíblico anterior, Jesús mostró misericordia a uno de sus seres amados sin reclamarle su pasado. Lo vemos ocupándose de Pedro y las situaciones de su vida, a pesar de los errores que este había cometido en medio de los padecimientos de Cristo. Es importante notar que el Salvador le hizo la misma pregunta tres veces: “Simón Pedro, ¿me amas?”. A lo cual Pedro contestó con una última respuesta: “Señor, tú lo sabes todo, sabes que te amo”.
Preguntas para responder
Relato
En el relato de San Juan 21, Jesús restaura la vida de aquel que le falló y lo levanta para un ministerio más sólido que el que tenía hasta entonces. Miremos a Pedro predicando en el día del Pentecostés, donde tres mil personas aceptaron a Jesús. ¡Fue el sermón más corto con el resultado más grande de la historia! (Hechos 2)
Eso logra Jesús cuando llega a nuestra vida: viene a sanar, limpiar, redimir, salvar y restaurar.
Preguntas abiertas de reflexión y conversación
1. ¿Le has fallado a alguien alguna vez? ¿Te han fallado a ti?
2. ¿Cómo te sentiste después de haberle fallado a alguien y esa persona te perdona?
3. Todo libro tiene la firma de su autor, ¿podrían ser los diez mandamientos (los cuales Dios escribió con su dedo), esa firma inédita como autor del mensaje de las Escrituras Sagradas?
4. El Apóstol Pablo dice en su carta a los Romanos, que “la ley es santa y el mandamiento santo, justo y bueno”. En esta declaración, muchos ven el carácter de Dios reflejado en su ley. ¿Qué crees tú de esto?
Nota del autor
Una de las experiencias más dulces de la vida es perdonar o ser perdonado. En ese acto hay liberación, tanto para el que es absuelto de la falta, como el que decide liberarlo. El veneno del resentimiento les hace daño a ambas partes. El ser perdonado es la mejor motivación para reconectar con la persona ofendida o con el que nos ofendió.
Lo mismo pasa con Jesús. La mejor manera de demostrarle nuestro amor por su gracia inmerecida es obedeciendo sus mandamientos.
Invitación
¿Te gustaría pedirle a Jesús que te ayude a guardar su ley de amor?
¿Quieres mostrar en tu propia vida y hacia tu prójimo los principios de la ley de Dios? Él anhela edificar en ti un Nuevo Amor y hacer en tu vida ¡TODO NUEVO!
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Acepto
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No por ahora